Cuando comencé con el proceso creativo de pensar esta vivienda y estudio de pintura (como concepto, sí, porque no podría ser de otra manera, porque no puede desligarse de su forma de vida la pintura, la cerámica, la música, porque forma parte esencial de su trayectoria vital), sabía que no iba a ser tarea fácil. Eso sí, muy gratificante. Bucear de nuevo por los libros de Sert, de su inconfundible e inimitable arquitectura mediterránea, donde los espacios fluyen entre los muros porque forman parte de su esencia; intentar plasmar desde la misma concepción del espacio la rotundidad de los materiales y la percepción de los sentidos: el hormigón que se mostrará rotundo y firme, la luz que envolverá la atmósfera serena y tranquila, donde los diferentes rincones creados entre los muros nos transporten a esa sensación única de sentirnos en nuestra casa…
La idea ya está concebida, ya se sienten reflejados en esos espacios, casi pueden percibir la luz resbalando por la pureza del hormigón, que se muestre rotundo y preciso, sin enmascarar. Ahora falta materializarlo, hacerlo posible.
Estamos buscando la máxima racionalización del proceso constructivo que haga posible materializar esta idea.
Os iré contando